viernes, 25 de febrero de 2011

31 de enero del 2011




Es la primera vez que te veo en el año después de pasar navidad juntos y ver a “Papa Noel, Papa Noel, viejo desgraciado”, pasar por la ventana dando vuelta a la esquina con un traje iridiscente hecho de un material barato parecido al papel crepe. Por cierto no nos dejó ni medio regalo, pero lo vimos y fue tan bizarro y divertido como nuestra noche buena. 

No has venido desde entonces. En realidad creí que te demorarías más, pero ya ves, decidiste no tardar y aparecer intempestivamente para pasar los que fueron, salvo por un par de detalles externos, dos de los días más bonitos que hemos tenido juntos en los últimos meses.

Llegaste con una tramboya que se sentía tuya; al rato no pudo hacer más que verse adoptada por mí con resignación, competir no figuraba en las opciones.

 
Te encargaste tú de mi hermano y yo de ella. Dejamos claro quién manda. Luego fuimos niños de nuevo. Nos echamos agua, detergente, corrimos, gritamos, saltamos, usamos los lentes de persianas, jugamos yaces, cartas, contamos chistes y salimos mucho por la ventana. Bajamos las escaleras sentados, llamamos la atención en la calle como un show ambulante y tuvimos todo siempre bajo control.

Después de deshacernos del pescado frito que te acompañaba y sermonear a mi hermano descansamos juntos enroscados en caricias de cachorro sin intensiones sexuales.

Nos despertamos temprano y salimos a desayunar marcianos sin zapatos. Nos sentamos en el parque, hablamos tonterías y volvimos por más dinero para ir al mercado. Compramos ensalada en bolsa, papas y hamburguesas; otro marciano que compartimos y regresamos a casa.

Nos alistamos para la playa. Bajamos al barrio primero para dejar tus cosas en lo de los abuelos y sacar una botella de agua. Estaban todos ahí para vernos, una vez más aparecimos como si nada. No hay rastros de la anterior pelea. Fue divertido oírlos murmurar.
Luego nos deslizamos por el cerro. Yo no podía entrar al agua por que estoy con la regla, pero vi a mi hermanito feliz jugar con las olas y a ti dar una vuelta completa dentro de una y fue genial. 

La verdad es que quería leer, pero me costó mucho no prestarte atención y me rendí al encanto de que alguien logré distraerme de mí de esa manera. Me gusta tanto que me gustes así. Me hace sentir de carne y hueso.

Al subir nos despedimos riendo. -Nos vemos dentro de un mes.- dijimos. Yo sé que vas a venir antes. También sé que si fuera más no importaría. Sé que tú sabes que te espero.

... y porque quiero ser especialmente cursi antes de que se acabe febrero 



viernes, 4 de febrero de 2011

Del cuaderno que olvidé






El vacío de mi ausencia
y el miedo a la tuya
Morar en el silencio que me habita

Fantasmas de un amor falaz
beben mi sangre enmohecida
infestada de pretéritos

Quiero poder tocarte
sin miedo a perderte
por tocarte tanto

Todas tus respuestas alimentan la duda
Ya comenzó el dolor
Se aviene nueva sentencia:
Me enamoré...


¡Bienvenida la muerte!