lunes, 24 de junio de 2013

escarabajos de invierno


A veces mi tristeza viene
y la recibo con cariño
me llena los ojos de lágrimas
y limpia huellas del camino
También se quiere disfrazar de ira
pero a esa más bien no la quiero
rompe más de lo que puedo reconstruir luego

Entonces vuelvo a llorar
y después de eso sonrío
Constato que la felicidad sigue ahí
que no es un estado de animo
sino un estilo de vida
y doy gracias por estar viva
por mi sentir intenso
por no haberme perdido
por no ser aun un robot autómata
de sonrisa sin sentido

domingo, 16 de junio de 2013

Yo no quiero ser tu PADRE-MADRE

Hijito querido, pequeño Tiburón, aunque aún no sepas leer y las festividades del mundo a tu alrededor  pasen todavía inadvertidas, quiero hablarte de algo que seguramente conversaremos de manera más amplia cuando crezcas y aunque yo no quiera vayas al colegio y las diferencias con los otros niños sean evidentes. 

Hoy es en Perú el Día del Padre, y las redes sociales se abarrotan de saludos que incluyen reivindicaciones femeninas (cómo si no les alcanzara el Día de la Madre) de aquellas que como yo crían solas a sus hijos. Pero yo mi amor, no quiero ser tu PADRE-MADRE. Yo soy tu mamá y solo eso, porque el que yo no tenga esposo no quiere decir que tú no tengas papá. Tú papá es mi amigo y la relación que ustedes creen dependerá de que tú la busques y él la quiera y viceversa. El no estar casada con él y que no compartamos las responsabilidades económicas no me pone a mí en una suerte de pedestal esquizofrénico en el que dos roles de género confluyen torpemente sobre mí con enormes cantidades de culpa sobre tu mentecita por el enorme "esfuerzo" que hago, eso lo he visto y oído muchas veces y siempre me ha parecido absurdo. Que estés ahora a mi lado para mi no es un sacrificio, es mi mayor placer y bendición acompañar tu crecimiento. Hay cosas en el mundo más importantes que el dinero y las relaciones de la sangre y el espíritu son eternas.

Yo te amo Santiago, desde que eras solo una ilusión pueril en mi cabecita de niña que jugaba con muñecas, y amaba a tu papá desde ese entonces, por eso lo escogí para ayudarme a darte vida. Nunca quise hacerte un daño al negarte la posibilidad de una "familia constituida y estable". Nosotros somos una.
Ya tienes siete meses y estoy muy contenta de que hayas llegado al mundo como mi hijito, ahora lo único que le pido a la vida es que mis días sean provistos de luz para poder guiar tus pasos con claridad y seguir viendo como creces fuerte y sano.