…harta de ser cubierta, encerrada, reprimida, juzgada, acallada y encorsetada por el enorme sostén que esta pacata sociedad machista y retrograda nos quiere obligar a poner. Ser mujer asusta y asustó siempre, PERO LAS NIÑAS TAMPOCO LLORAN…
Te fuiste y las cosas y los escenarios dieron vueltas de 180° unas muchas veces. Incluso la idea de no verte por lo menos 2 meses se fue a la mierda a la semana con el sonar de una llamada. Entonces me sentí segura, supe que lo primero que harías al salir sería buscarme, ya no viviríamos juntos, ni cerca, pero me buscarías y eso aun está pasando. Tus escusas son tragicómicas y me encanta. Nunca vas a decir directamente te extraño pero hoy llegaste hasta aquí por segunda vez en menos de dos semanas y eso es como meterle una patada en los huevos al pinche dragón custodio de mi bizarro reino. Me explico, cuando tenía 15 años y me trajeron a vivir sobre este cerro, lo primero que pensé fue en que ni Rapunzel estaba tan jodidamente escondida y que ni todo el cabello del mundo alcanzaría para que ningún “príncipe” llegará a tan alta torre, de hecho es una de las razones por las que huí, así que cada vez que vuelvo me siento otra vez como princesa encantada. Ahora bien, tú de príncipe azul tienes lo que yo de damisela en peligro; andas más bien como desteñido y soy yo la peligrosa, pero igual viniste por mí porque eres menso y me quieres.
Lo siento, soy tonta, soy cursi y soy rara pero este es mi cuento.
Era pequeñita. Casi tanto como sus alas recién nacidas que no sabía usar para salir del bosque tenebroso que la rodeaba. Ale, mi pequeña Ale. Se veía tan grande, tan valiente cuando su mirada encontró mis ojos en el fondo del abismo atravesando mil rostros de demonios alegres para llegar a mis lagrimas. ¿Me verá ella ahora igual debajo de los árboles que han logrado caerle encima? Cómo la admiraba yo. Tan fuerte para rescatarme, para aguantar el insulto de mi incredulidad hasta el día en que logró sacarme.
Subimos juntas de la mano. Adoloridas por la lucha y la nueva luz en los ojos. Fuera ya de mis sombras pude notar que era chiquita. Chiquita y bella como un ángel inocente lastimado por ausencias impertinentes. Solo era una niña. Mí niña. La imagen viviente de aquella pequeña asustada y frágil que solía gritar dentro de mi que por favor la cuide. Aquella a la que había odiado y maltratado por hacerme lucir débil y vulnerable, había tomado forma para salvarme.
Nos separamos entonces en dos cuerpos diferentes. Ella con su historia y yo con la mía. Solo nosotras sabríamos que éramos una.
Un día entró al bosque sola. Y yo me llené de espanto. Cómo sacarla. Y más aun, cómo dejarla. Cómo arriesgarme a fallarle cuando ella se atrevió a salir de mi para que al verla indefensa la cuidara. Qué hacer con esta mi niña que al volverse humana dejó de confiar y al crecer como una comienza a aprender a actuar.
Los árboles son gigantes y ella agoniza sin poder ver mi mano. Solo la escucho llorar. Levanto un árbol tras otro arrojándolos lejos pero aun no la veo. Sé que la ahogan y no respira, y aunque la fuerza me falla, la angustia por ella me haría mover cualquier cosa.
Escucho su llanto más cerca y ahora sé lo que dice. Las alas que han comenzado a crecerle le duelen demasiado. Siento tanto alivio. Son para salir, le grito y ella contesta que no sabe usarlas. Yo tengo unas iguales, digo ya sin aliento. Han crecido mientras levantaba las ramas. Saberlo la tranquiliza y cambia el llanto por sollozos. Tras horas de trabajo la encuentro. Desnuda, temblorosa, asustada, con las rodillas pegadas al pecho se abriga con sus alas. Aprenderemos a usarlas juntas, le digo y sonríe calmada.
Ahora que miro desde lejos me doy cuenta de lo caprichosa que soy. Tenía 20 años, estaba enamorada, era virgen y quería que mi primera vez fuera con el infeliz miserable en el que lamentablemente tenía concentrada toda esa energía. No entiendo por qué me enamoré así. Creo que es esa estúpida capacidad que tengo para creer que estoy viendo dentro de alguien algo que al parecer invento yo. Si aun no lo logro imagínense en ese entonces. Realmente me era muy difícil separar mi vida real de la literatura. Para mí él era un personaje y yo un cuento, entonces le di las suficientes vueltas y largas como para encariñarme tanto con la historia que cada vez que la quería abandonar sentía que me estaba traicionando a mi misma y que pecaba de incoherencia con mi propio discurso. (Yo lo amaba, y en el amor no hay perdón, solo hay amor, por tanto yo a él le perdonaba todo)... En fin, así es como poco a poco fui ideando modos de “salirme con la mía” a pesar de que sacrificaba la muy importante parte de ser correspondida (bueno, yo me inventaba que sí) y terminé haciendo el papel de imbécil solo por necia. Son cinco los años que han pasado y no sé cómo me vine a topar hoy con las líneas de abajo, fondeadas dentro de la casilla de borradores de un correo que a todo esto inventé solo para hablar con él la primera vez que nos peleamos. Este es un repaso de los días en los que mis primeros relatos eróticos se convirtieron en traumas y en los que, lo que se suponía era MI juego, se volvió dolor. Lo comparto porque ya no me importa ¿saben por qué? Porque estoy loca ¿qué chucha? pero ya escribía bien.
Mi cuarto olía un poco a todo, marihuana, sexo, inciensos, cigarrillos y muchos libros. Si que olía a papel antiguo en ese lugar. La de ácaros que habría en el ambiente y yo tan alérgica. Pero ya hasta eso se me había curado. Del asma no quedaban más que algunos rezagos que afloraban en medio de las continuas caricias que solían abrirme un poco el pecho y dejarme soltar lo que quedaba de la enfermedad.
Jamás sabré si era amor, no de parte de él por lo menos, yo siempre lo había amado. Racionalmente estaba ya convencida de que jamás se enamoraría de mí, pero aun estaba envuelta en su trampa. Los miedos se iban y me encantaba mirarlo disfrutar de mi excitación y delirar con la suya. Sus gestos eran muy extraños, saltaba como si le diera toques eléctricos y sonreía relamiéndose hasta que un largo espasmo sin respiración le volteaba los ojos. Definitivamente chupársela era lo mejor, adoraba ver como sufría controlando sus manos para no hundirme la cabeza contra él agresivamente. Yo por joder le decía que probara, que si me molestaba se lo diría, pero no se atrevía, era muy respetuoso, demasiado. Con su lengua era otra cosa, no la usaba mal, aunque también le servía para decir tonterías. Pero con sus manos y su pene era muy controlado. Tuve que pedirle más de una vez que terminara de hacerme suya y no lo hacía. Yo había dejado ya de tenerle horror al sexo y tanto preámbulo me tenía estresada; mas él siempre decía que aun no era el momento, que quería que fuera especial. Decía que no quería hacerme daño y que para él era una prueba de voluntad y cariño esperar hasta tener todo preparado como una escena de película. ¡Maricón! El día que extrenamos el Barco Ebrio (mi cuarto) yo realmente quería hacerlo. No estaba especialmente excitada (creo que nunca llegue a estarlo) y gemir en mute no era divertido, pero la noche me gustaba mucho y se avecinaba la canción que quería escuchar la primera vez que lo hiciéramos.
Lo sugerí cuando me preguntó qué quería que me haga. Dijo que no. Salió con que tenía que irse en poco tiempo y que eso distaba mucho de lo que él tenía planeado. No me molesto tanto la negativa como habérselo pedido. Sabía que me diría eso y mi orgullo con él ya había sufrido bastante, pero ¿qué más daba? realmente parecía tener razón. No quería que la primera vez me dejara sola.
En ese momento me voltee dándole la espalda y le dije que no se lo iba a volver a pedir, que la próxima vez tendría que decidirlo él solo. Tras un rato de pucheros y cosquillas continuamos con lo nuestro. Mientras me tocaba, y ya a sabiendas de que pronto se iría, comencé a pensar en el tema del orgasmo. El trato era que no lo haríamos enserio si antes no nos producíamos uno mutantemente solo con caricias. Él ya había tenido varios y yo ninguno. ¿Entonces se supone que era mi culpa? Pues no. Por más enamorada que estuviera no estaba dispuesta a fingirlo.
Ésta era la estúpida canción que quería escuchar. Finalmente nunca concretamos nada y un año después el imbécil ese de quien siempre hablo, no se hizo mucho problema para recordarme que de él me había enamorado primero y terminar sin ascos las asignaturas pendientes del otro huevón. Y bueno... hoy aun estoy confundida.
Bueno, si consideramos la parte en la que trataste de enseñarme como hacer que no se me atraque la llave, jugar play conmigo y convencerme de que vayamos a comer mientras yo solo te gritaba que te fueras a la mierda, dejo de ser un poco la víctima. Igual eres un hijo de puta, pero está bien, yo estoy loca.
No sé qué demonios sientes por mi o que quieres conmigo pero al mismo tiempo sé que me quieres. Es todo muy confuso. Podrías estar en cualquier otro lado porque realmente no me necesitas, así que supongo que por algo estás aquí. No lo sé. Solo no quiero devanarme los sesos preguntándomelo. Lo mejor que puedo hacer es pasar de ti sin dejar que mi miedo a que te vayas sea lo que te bote. Si te quedas o te vas será decisión tuya. Yo solo quiero vivir en paz y para eso no puedo andar preocupada por el mañana porque hoy tengo mucho que hacer también. Por otro lado, si me pongo aun más comprensiva y objetiva, tienes bastante con el esfuerzo que estás haciendo al mantenerte en síndrome de abstinencia como para prestarle atención a mis desbalances hormonales manchados de inseguridades. Lo único que quiero es estar bien y tranquila para poder avanzar sin constipaciones mentales, y quiero lo mismo para ti sin que nos interrumpamos. No me quiero sentir estúpida por quererte. No quiero pensar que está mal amar a alguien o sentir que tengo retraso mental cada vez que me dicen que lo que pasa es que estoy demasiado enamorada. Al fin y al cabo tú no tienes nada que ver en el asunto, soy yo la que siente así y tú lo único que tienes es el honor y la desgracia de ser el objeto de mi afecto.
Es probable que el personaje que hecho de ti quiera más al personaje que soy yo en estas líneas de lo que realmente sucede, como puede ser que sea todo lo contrario. Yo solo sé que desde hoy te puedes ir un poquito a la mierda. No mentira, no quiero que estés en la mierda para nada pero no quiero esperar nada de ti y no voy a hacerlo. Solo así voy a ser feliz.
¡El Sufrimiento es principalmente causado por el deseo, el apego y la ignorancia!
STRANGE KIND OF LOVE
“Un extraño tipo de amor,
un extraño tipo de sentimiento,
nadando por tus ojos,
y como puertas hacia un amplio y extenso dominio,
se abren a tu precio.
Esto no es lugar para el terror,
ni lugar para la furia,
ni para corazones rotos
o mentiras blancas y lavadas,
sólo es una prueba para la verdad,
prueba, opción y significado perfectos,
una mirada en tus ojos.
A solas y a ciegas ante la gema,
una sonrisa desde el ceño fruncido,
¿debería él irse o quedarse?,
dejad que grite toda su potente furia,
una furia que no conoce lo correcto o lo equivocado
y toma un pedacito de ti.
No hay un territorio neutro, o eso parece,
para nosotros, para caminar o tomar,
en vez de eso, tropezamos,
a cualquier lado, sea izquierda o derecha,
para amar o para odiar”
Ayer en las marcas del café al leerlo, salió una mariposa. Hoy me levanté histérica con algo que no sabía qué era ebullicionando por dentro. No entendía para dónde moverme. Sin ninguna premeditación, no sé cómo, acabe tirándote un almohadazo y gritándote que necesitaba sexo (¿qué carajo tengo?). Para luego de quejarme de manera absurda, solucionarlo diciendo que también podía apaliar mi ansiedad con ejercicio y largarme en mi bicicleta. ¡Que fea loca!
Al final parece que no era sexo lo que necesitaba, sino al mar. Tenía que escuchar el desarraigo del olvido en las piedras arrastradas
Así escucho dentro de mi alma cuando pienso en ti, como piedras succionadas por la resaca de una ola.
Así de arraigado te siento y así de fuerte me parece tener que escucharte ir. Siento que me araño con ese eco por dentro cuando trato de arrancarte. En fin, tampoco se sí lo quiero, tampoco se qué quiero, tal vez lo que todos, respuestas.
Y bueno, tanto drama lo que tengo es estrés y valgan verdades ya me va a venir la regla. Para sufrir no tengo tiempo. ¡Quiero paz!
Te extraño, ¡Sí! ¡A TI IMBÉCIL! Bueno, tampoco hay que ser tan dramáticos, no es que no te vea. El fin pasado la pasamos juntos, igual nos las arreglamos para que aunque sea con tu cara de angustia te viera 5 minutos en tu cumpleaños y hoy nos reímos 10 minutos frente a mi trabajo de lo maricón de tu regalo. Aun no sé que demonios somos. Definitivamente enamorados de esos que se besan y abrazan cuando se ven, no. Nosotros no nos decimos ni hola, nos sentamos uno al lado del otro y que fluya. Tampoco nos despedimos ni miramos atrás cuando el otros se va. Creo que voy a insistir en lo de cómplices o amigos. No quiero otro título. Ayer ni te dije Feliz cumple ni te di un abrazo, te miré, metí la mano a mi cartera y te di el regalo; tú te lo escondiste bajo el chaleco y volviste a salir pitando en MI bicicleta. ¡Eres un mugre estafador! Cada que consigo recuperarla me la robas de nuevo, pero luego te veo llegar en ella y se me olvida que te odio por llevártela. Creo que me voy a comprar otra y asunto arreglado. Igual por ahora a ti te sirve más por que a mi me dan para la movilidad. También extraño hacer galletas,el pobre Sr. Galleta se había acostumbrado ya a una carcajada nuestra todos los días mientras se horneaba. En fin, aunque no te vea y no hornee estoy haciendo algo que amo. Me están pagando por leer y escribir y aun creo que es un sueño.
Con nuevo trabajo a galope, un puchero al que le dejo la llave, dos gatos necios con nombres místicos que reclamarán comida, una familia que a lo mejor ni se entera y un desalojo reciente esparcido por la habitación ¡NOS VAMOS NENA!
No escribo hace mucho, siento que lo suficiente como para narrar una vida. Pero no me siento mal, no siento que haya pasado un tiempo muerta sin crear, al contrario, noto ahora que los grandes periodos de sequía literaria son usualmente enormes espacios de tiempo abstracto cargados de vivencias y aprendizajes. Son épocas en las que aun en días de letargo vivo a mil por hora, ya sea desde la cama o a lo trotamundos, no puedo parar ni un segundo, de sentir, aprender, ver, renegar, dicernir, ordenar, madurar y asumir que todo pasa más rápido de lo que debería avanzar como para no olvidarme de nada.
Pero dicen que la
memoria es selectiva y debe ser por algo. De todas maneras la información que almacenas sale en algún momento a flote y te hace verte a ti mismo en el momento que la adquiriste. Siempre es bueno adoptar contigo como personaje la postura de narrador omnisciente y ver desde arriba para dirigir los hilos de tu bizarra novela.
Los días han sido largos desde aquella vez que escribí que faltaban dos meses para mi cuarto de siglo. Ya lo alcancé y me siento orgullosa de ello. No solo por todo lo que pasó para llegar, sino por lo mucho que pasa desde que llegó. Y no es que sienta que tiene que ver con algo de años y periodos a raja tabla, sino más bien con la emoción de haber crecido; porque aunque aun mantengo mi chiquitita viva, y hago denodados esfuerzos por tenerla contenta y cada vez más sana de todas sus heridas, ya no veo por ningún lado una niña y eso me gusta. Siento que soy la mujer, o bueno, el comienzo (aun creo que ese termino me queda muy grande) que quería ser y me gusta saber que nadie podrá señalarme y decir que no lo hice sola. Claro que en el camino me ha ayudado muchísima gente, sería cretina si no lo reconociera, más bien debo agradecerle infinitamente a todos, desde a mis abuelos, tíos, padres, hermanos, primos y sobrinos hasta a mis amigos, los grandes y los chicos; todos aquellos que me aguantaron, guiaron , educaron y comprendieron sin nunca obligarme a dejar de ir a mi vera. Es gracias a lo que vivo día con día y a la gente que tengo conmigo que permanezco tan despierta, aveces más de lo que quisiera mi débil mente y mi aun más frágil ¿cómo lo llamamos? ¿corazón?... Bueno, cualquier lugar donde se alberguen las emociones...
Porque, eso sí, bueno fuera que tuviera con las mías, NO... por alguna extraña razón tengo algo que no logro estar segura si llamarlo "un don" y es un amplio y no poco desarrollado sentido de la empatía que me hace sentir no solo por mi sino por los demás. Tengo tanta capacidad para ponerme en el lugar de los otros y comprender que es lo que sienten ante determinada situación que realmente suena a poder, pero deja de ser agradable cuando en tu entorno solo sientes dolor. Lo bueno es que cada vez lo manejo más y trato de separar esas energías externas de mi propia vibración pata no vivir triste o enojada. A tiempo comencé a intentarlo porque ya me estaba volviendo un poco amargada.
También he atravesado crisis de paranoia y delirios de persecución
azuzados por supuesto por un componente económico. El dinero es un cosa tan desagradable y la gente lo usa para conferirse tanto poder que realmente te llega a asustar las prepotencias de las que puedes ser victima cuando no lo tienes.... Porque claro, sigo siendo misia pe ¿y? El dinero no es más que un problema, hay tantas cosas para comprar que uno no sabe en qué gastarlo. Es siempre mejor acostumbrarse a lo básico. Nadie dice que vivas incomodo o te mueras de hambre, pero tampoco se necesita taaaanto.
En fin, de todas estas pequeñas cosas y análisis diarios se compone lo que llamo esta especie de madurez infantil con la que me estoy divirtiendo mucho. Es como si ahora pudiera ser la niña que quise ser pero conmigo de mamá y papá a la vez. Y no es que me este quejando de los míos, pero vamos es más divertido ponerte tú tus permisos, comprarte tu ropa y tus juguetes y decidir si vas trepada en el muro o te cuelgas del barandal del micro si quieres.
Por otro lado y fuera de las profundidades cavernosas de mis reflexiones, las historias se acumulan... Él esta cada vez más presente y nos veo cada vez más unidos, claro que jamas seremos pareja, al menos no una normal y tampoco sé si lo quiero, creo que así como amigos vamos bien y tenemos más posibilidades de pasar mucho tiempo juntos. No quiere decir que no me muerdan los celos de vez en cuando, y queme toneladas de cerebro pensando en si él es muy pendejo o yo muy estúpida. El problema es que luego de alucinar y "maquinear" como reza el reggaeton, terminó dándome de cara con su lealtad y tengo que meterme la lengua al culo y sentirme tonta e insegura por las puras.
No puedo negar que me quiere, y yo lo quiero, y que eso que tímidamente llamo cariño linda muy de cerca con mis conceptos de amor, pero no debo querer volverlo mi propiedad porque de él tampoco quiero serlo, ademas me muero de celos cuando lo escucho hablar o fantasear con sus amigotes que también son los míos, pero luego no hace nada, siempre viene a estar conmigo. No sé ¿cómo será? ¿estará enamorado de mí? ¿yo lo estaré realmente de él? ¿Qué es estar enamorado?...
Al final creo que juega mucho el orgullo, pero tampoco estoy segura de querer que grite a los cuatro vientos que soy la mujer de su vida y a la vuelta de la esquina este mirando a otra. Prefiero saberlo de su boca y luego comprobar que a pesar de tooodas las que le gustan y tooooooooodas las otras que se le tiran encima siempre vuelve conmigo. Osea, mis amigas me dicen que es cuestión de respeto, pero qué respeto hay en su título de esposas, novias o enamoradas cuando ante el ataque de histeria niegan todo pero igual les dibujan los verdaderos cachotes y se los maquillan con peluches, comidas y amorcitos. No sé. A mi me gusta mi historia. Aveces me da miedo estar demasiado embarcada en ella, pero al final de cuentas es lo mismo que me enorgullese de mi “madurez”. Nadie podrá decir nunca que no me atrevía.
Bueno... y no tiene nada que ver con lo que he escrito, pero como son mis amigos y me gusta su canción les voy a poner el vídeo de la MAFIA
... a sí también me gustaba el rap. La poesía urbana rules
Yo voy a votar por Keiko porque qué chu con los narcos, la vaina es bien rica...las demás drogas también. Me caen bien, está de moda. Porque me quiero seguir cagando de risa con la basura en los periódicos, porque me encanta seguir el escándalo de la novela Corrupción con la que los noventeros crecimos. Porque adoro Al fondo hay sitio, Recargados de risa, a mi amada vedette con terno la gorda Baily y extraño como mierda a mi tia Laura Bozo.
Voy a votar por Keiko porque me parece perfecto que a los cholos les regalen el arroz y el atún mientras se queden en su sitio y no pretendan estudiar en el colegio de mis hijos. Porque me creo todo lo que escucho y lo que veo, porque no tengo opinión y me da miedo la palabra cambio. Porque me parece de puta madre que Keiko se cagara de risa pintando el Palacio de rosado y callara asumiendo el papel de Primera Dama mientras a su madre la torturaban ( total, los escándalos familiares no se ventilan)
Votaré por ella porque estudió en el extranjero y se casó con un gringo (lindas son sus chinitas rubias, me encanta el amor interracial, es tan “in”) La Keiko de ley está preparada, porque la educación acá es una mierda y ella saco el bachillerato en Boston, la que puede, puede ¿no?.
También voy votar por Keiko para que saque a Fujimori, después de todo se lo merece, osea eliminó el terrorismo ¿no?, y esterilizo a las serranas para que no se vuelvan una plaga. ¡Que asco!...
Igual el chino ya esta viejo y se va a morir, si fuera mi papá yo también lo sacaría.
Por ultimo votaré por ella por una cuestión de igualdad y de lealtd de genero, Kenji ya salió congresista así que ella tiene que salir presidenta, sino pobresita ¡malaso! ¿cómo se sentiría? Osea, me pongo en su lugar... Que mi hermano el mongol gane y yo no. ¡De máaass! Me pongo en su lugar, yo la apoyo, que TOOODA la familia se siente adelante.
Me cuesta trabajo lograr que no se me escapen los días, que no me ganen las horas. Organizarme productiva entre lo que pienso,lo que hago, lo que quiero, lo que sueño y lo que siento. Me cuesta vivir sin soñar y soñar sin vivir, dormir sin amar y más amar sin dormir. Me cuesta no quererte más y no logro querer quererte menos. Me cuesta entender si es mentira o es cierto. Me cuesta escribir que me cuesta, pero me cuesta más guardar silencio.
No quisiera caer en el trillado cliché de “al fin tengo tiempo para escribir” pero es un poco difícil cuando no hay nada que se acerque más a la realidad. Sí, lo sé, se supone que “no” estoy trabajando y por tanto, tiempo es precisamente lo que me debería sobrar, pero creanme que la falta de empleo tradicional te permite y te obliga a moverte un 500 % más de lo que usualmente podrías. Ojo, no me estoy quejando, no hay tiempo que haya disfrutado más que esta antesala a mis 25 años.
No sé si a ustedes le sonara a mucho pero estoy a punto de alcanzar el cuarto de siglo y a mi me parece importante por mas de una razón. La primera y una de las principales es que a los 19 años comencé una crisis existencial tan aguda que creí que no viviría para contarla, es más, mi estrellón con la realidad fue tan crudo y desagradable que la verdad es que vivir es precisamente lo que no se me antojaba.
Luego de un par de románticos y ridículos “intentos” de suicidio, un despertar sexual bastante espontáneo y una elección de escalafón social considerablemente inesperado, la depresión terminó de estallarme en la cara al rededor de los 22 años, cuando atravesé la etapa más aguda de la “bipolaridad” postrada en una cama y dopada las 24 horas del día con un coctel horrible de pastillas maléficas que solo servían para anular mi conciencia. Afortunadamente logré escupirlas lo suficiente como para tomar la decisión de que -¡bipolar las huevas!- y volver a usar la marihuana como único ansiolítico, antidepresivo y estabilizador de animo tres en uno...
Y así entre porros y juergas, más decepciones amorosas, un conato de violación que terminó en relación y un conato de relación que terminó en violación; el comienzo de una amistad a lo Thelma y Louis, un anunciado auto exilio, medio año viviendo en la calle, el redescubrimiento de Santiago, 4 trabajos y 12 mudanzas, aquí estoy...
De tanto revolcón entre la resaca de esa gran ola que me arrastraba me recuperé a mi misma y encontré a esa niña alegre, burlona, resabida, revejida, exageradamente extrovertida, de prolifera imaginación, algo autista y sin caparazón, vuelta mujer y totalmente dispuesta a que nadie la vea oscura otra vez.
“Creyendo ves”, dice sobre mi ventana. Hace solo dos años yo misma me hubiera burlado de mi frase bandera. Un cumulo de circunstancias habían logrado casi asesinar lo que ser “Yo” significaba, y tradujeron mi existencia en un gran problema de actitud que no quiero cargar. Felizmente, y gracias al cielo literalmente, porque no dejo de mirarlo, las hadas y los duendes son parte de mi vida otra vez, y nunca más será el espejo mi peor enemigo... Es más, soy “Yo” a la persona que más cuido ahora y la distancia con “Ella” se hace cada vez más corta. Son missueños los que prevalecen hoy como prioridad en mi cabeza, y lucho por hacerme de la disciplina suficiente para poder lograrlos. Yo que donde fui siempre me hice de la camiseta, no me pondré nunca más con tanto fervor otra distinta de la mía. Tengo el firme propósito de no tener en la vida mas jefe que yo misma.
Sueños... es una linda palabra. Yo sueño con la inclusión social (ya ni tocar el tema racial) que desdibuje ese gesto de desconfianza con el que nos miramos unos a otros en el mundo, y sueño con ver a mi familia levantada del letargo en el que se han consumido. Sueño... sueño con él y su salida del infierno. No voy a mentir, también lo sueño a mi lado, pero no me importaría renunciar a eso si lo viera reconstruido aun lejos de mí. Siempre será mi pilar. Sueño con ver a mis amigos alcanzarse también y sueño con que algún día todo sera tan real como esta historia. Nunca supe cerrar la boca, eso me trajo y me trae problemas, pero llevo mi verdad en la punta de la lengua y sueño con alcanzar el modo de arrojarla un día por los dedos con tal arte que sea bella incluso cuando duela.
(Yo amaba esta canción cuando tenía 7 años, no la entendía pero me emocionaba, hoy la siento mía. )
Ahí les regalo la letra ...
25 years and my life is still
Trying to get up that great big hill of hope
For a destination
I realized quickly when I knew I should
That the world was made up of this brotherhood of man
For whatever that means
And so I cry sometimes when I'm lying in bed
Just to get it all out, what's in my head
And I, I am feeling a little peculiar
And so I wake in the morning and I step outside
And I take deep breath and I get real high
And I scream from the top of my lungs
What's goin' on?
And I say hey, hey
I said hey, what's goin' on?
And I say hey, hey
I said hey, what's goin' on?
And I try, oh my God do I try
I try all the time
In this institution
And I pray, oh my God do I pray
I pray every single day
For a revolution
And so I cry sometimes when I'm lying in my bed
Just to get it all out, what's in my head
And I, I am feeling a little peculiar
And so I wake in the morning and I step outside
And I take a deep breath and I get real high
And I scream from the top of my lungs
What's goin' on?
And I say hey, hey
I said hey, what's goin' on?
And I say hey, hey
I said hey, what's goin' on?
And I say hey, hey
I said hey, what's goin' on?
And I say hey, hey
I said hey, what's goin' on?
25 years and my life is still
Trying to get up that great big hill of hope
For a destination
Es la primera vez que te veo en el año después de pasar navidad juntos y ver a “Papa Noel, Papa Noel, viejo desgraciado”, pasar por la ventana dando vuelta a la esquina con un traje iridiscente hecho de un material barato parecido al papel crepe. Por cierto no nos dejó ni medio regalo, pero lo vimos y fue tan bizarro y divertido como nuestra noche buena.
No has venido desde entonces. En realidad creí que te demorarías más, pero ya ves, decidiste no tardar y aparecer intempestivamente para pasar los que fueron, salvo por un par de detalles externos, dos de los días más bonitos que hemos tenido juntos en los últimos meses.
Llegaste con una tramboya que se sentía tuya; al rato no pudo hacer más que verse adoptada por mí con resignación, competir no figuraba en las opciones.
Te encargaste tú de mi hermano y yo de ella. Dejamos claro quién manda. Luego fuimos niños de nuevo. Nos echamos agua, detergente, corrimos, gritamos, saltamos, usamos los lentes de persianas, jugamos yaces, cartas, contamos chistes y salimos mucho por la ventana. Bajamos las escaleras sentados, llamamos la atención en la calle como un show ambulante y tuvimos todo siempre bajo control.
Después de deshacernos del pescado frito que te acompañaba y sermonear a mi hermano descansamos juntos enroscados en caricias de cachorro sin intensiones sexuales.
Nos despertamos temprano y salimos a desayunar marcianos sin zapatos. Nos sentamos en el parque, hablamos tonterías y volvimos por más dinero para ir al mercado. Compramos ensalada en bolsa, papas y hamburguesas; otro marciano que compartimos y regresamos a casa.
Nos alistamos para la playa. Bajamos al barrio primero para dejar tus cosas en lo de los abuelos y sacar una botella de agua. Estaban todos ahí para vernos, una vez más aparecimos como si nada. No hay rastros de la anterior pelea. Fue divertido oírlos murmurar.
Luego nos deslizamos por el cerro. Yo no podía entrar al agua por que estoy con la regla, pero vi a mi hermanito feliz jugar con las olas y a ti dar una vuelta completa dentro de una y fue genial.
La verdad es que quería leer, pero me costó mucho no prestarte atención y me rendí al encanto de que alguien logré distraerme de mí de esa manera. Me gusta tanto que me gustes así. Me hace sentir de carne y hueso.
Al subir nos despedimos riendo. -Nos vemos dentro de un mes.- dijimos. Yo sé que vas a venir antes. También sé que si fuera más no importaría. Sé que tú sabes que te espero.
... y porque quiero ser especialmente cursi antes de que se acabe febrero
Hoy en día mi vida consiste en cosas muy simples: Despertar luego de una prolongada somniloquía interrumpida por cigarrillos y pesadillas, despertarme bien, esperar el desayuno, tomar un antidepresivo y concentrarme para no vomitar, fumar, volver a dormir, despertar para ver una novela tonta, depilarme compulsivamente, volver a fumar, volver a dormir, rechazar el almuerzo hasta que vencida por el hambre coma lo absolutamente necesario para no vomitar, vomitar, leer, escribir, bañarme para acostarme, comer algo, pensar en no vomitar, vomitar, fumar, tomar un ansiolítico y un estabilizador de ánimo, fumar y volver a dormir fumando.
He aquí el primer video de la saga de aventuras de Súper Banano. Data, si no me equivoco, del 2006... A estas alturas ya son tiempos lejanos. Disfrútenlo ;)
He vuelto a ponerme la gorra y salir a correr. Me duele todo pero me siento bien. No voy a negar que sigo sin conseguir salir antes de las 9 de la mañana, pero al menos volví a mi rutina y disfruto del día a pesar de las obligadas vacaciones.
Sinceramente sé que la estoy pasando mejor que metida en una oficina. El único problema es la “eventual” falta de dinero que me carcome el seso. Y no es que necesite de mucho, yo soy de esas personas que si tuvieran una casita y un bote vivirían de pescar. Bueno, más o menos eso es lo que hago a diario, salir a pescar una idea que me permita almorzar y pagar mi casita. Debería ser mía y sería feliz. No es así pero por ahora va todo bien; al menos no tendré que preocuparme por ese asunto hasta fin de mes (claro que está bastante cerca pero no lo quiero pensar).
Por ahora disfruto de un amor de verano conmigo misma. Yo amo a mi soledad y ella me ama a mí. No necesitamos más que la una de la otra para sobrevivir.
Es sábado, 9pm. De pronto una extraña sensación me recorre el cuerpo. El aburrimiento se acompaña de una maliciosa pregunta:
-¿Qué sucede contigo niña? ¿Tienes 90 años? (Bueno, fueron dos, pero por ahí va la cosa) -Está bien que te guste leer y que ames ser un ser solitario pero no es para tanto-.
Tengo ganas de salir a bailar. Estos son los momentos en los que noto mi falta de amigas. Una buena comitiva de mujeres atolondradas y alborotadas es lo que necesitaría ahora, un grupo de esos en los que o a las buenas o a las malas te obligaran a vestirte y maquillarte como dicen los gemelos gay del espectáculo en choliwood: ¡¡Aparicheeente!! y salir hecha una zorra dispuesta a canalizar tu energía entre alcohol y saltos rítmicos que inevitablemente atraerán rapaces miradas masculinas y por qué no, la de una que otra lesbiana…
El problema de esas situaciones es que implican muchas veces ir por lana y salir trasquilada. No voy a entrar en detalles pero debe haber alguna razón para que en mi ajustada agenda de contactos no encuentre con quien hacer esto a menudo. La de la foto es mi prima y no vive en Lima...
De todas maneras no quiero quedarme en casa. Entonces decido bajar al barrio. Que mierda, me drogare una vez más, no bailara mi cuerpo pero si mi cerebro, me la pegaré con la gente y dejaré que mi lengua hable toda la noche. Después de todo, son los incondicionales. La gente que siempre me ha dado la mano si esperarnada a cambio sinceramente. Desde el día que llegue me hicieron un lugar a su lado, me escuchan, me protegen y me hacen parte de ellos a pesar de nuestras diferencias de edad y de género.
En fin,tal vez podríamos acusar una que otra diferencia social ya casi inexistente.Ha pasado tanto tiempo quehe aprendido su idioma, sus costumbres. Tengo su sello.
Con el perdón de todos mis otros amig@s, ellos son lo más verdadero que he conocido siempre, y puedo decir con orgullo: ¡Esta es mi gente!
soy
la muchacha mala de la historia,
la que fornicó con tres hombres
y le sacó cuernos a su marido.
soy la mujer
que lo engañó cotidianamente
por un miserable plato de lentejas,
la que le quitó lentamente su ropaje de bondad
hasta convertirlo en una piedra
negra y estéril,
soy la mujer que lo castró
con infinitos gestos de ternura
y gemidos falsos en la cama.
300 millones de piojos trabajando a manera de neuronas, el mar, Peru
Me gusta volar cuando me despierto, pero solo resulta si vuelvo a mi sueño. Odio el sonido de la podadora, y el olor a gras recién cortado me da nauseas y dolor de cabeza, pero amo la hierba, las rosas, y un jardín bien cuidado con entradas y salidas secretas. Soy del mar, vivo por él, lo amo, lo añoro, lo extraño, lo sueño y lo deseo. Su turbulencia es la mía.
Amo los caballos pero no tengo uno, tampoco se tocar el piano, ni el saxofón, mucho menos la batería, y no canto nada bien. Me gusta dibujar, pero mis trazos son inseguros como mis manos. En compensación tomo fotos que no siempre se entienden, como mis poemas, como mis dibujos, como yo. También me fotografió desnuda para evitar radiografías poéticas, pues ya tengo muchas, y para reconocerme a mi misma y a Ella, cuando el espejo decide amanecer mentiroso.
Me depilo con una pinza porque los pelos, como las obsesiones y los recuerdos, nunca se acaban ni desaparecen, así que siempre tengo algo que hacer: borro de vello en vello mi pasado. No uso zapatos, y bebo mucha agua para compensar la deshidratación producida por los años de lágrimas.