miércoles, 16 de mayo de 2012

26



Y llegamos nuevamente a ese punto del año en el que el calendario marca el fin de la vuelta olímpica otra vez. Sí, es mi cumpleaños ¿y cuántos cumplo esta vez? 26…

Cuando cumplí 24 aluciné que era como el fin de una era porque había cumplido tantos años como horas en un día y por ende el año siguiente sería como la primera hora de mi segundo día cósmico. Y sí, más o menos eso fueron los 25, un año de cambios y de comienzos, de aperturas hacia un nuevo ciclo en el que la palabra mujer dejaba de quedarme tan grande para terminar de hacerse tangible ahora que no solo entro al segundo lustro de mi segunda década sino que por azares del destino me convertiré en madre en pocos meses. Y si bien es cierto, el día en si me llega al pincho porque… ya ni sé por qué. Estoy feliz de haber llegado a tan ilustre edad vivita y coleando. Bueno, yo sé que no es para tanto, que no estoy tan vieja, pero cuando te la pasas tantos años haciendo gala de múltiples conductas autodestructivas, alcanzar esta etapa sin mayores daños físicos ni cerebrales es un logro digno de mencionar. 

Vamos a ver que nos traen estos 5 años que me llevaran hasta los 30 a parte de la maternidad.


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