miércoles, 10 de febrero de 2016

Mi Apuesta


Te escuché llamarme toda la noche entre llantos y sollozos, desesperada te buscaba entre las calles para rescatarte, para aliviarte con mis manos, mis palabras y mis besos llenos del candor infantil en el que siempre me atrapas. Después de varias horas se materializó tu voz y me asomé por la ventana. No necesito moverme para encontrarte, siempre llegas a mí porque no puedes evitar el camino de tu instinto que retorna hacia ti mismo. Al verte nos hablamos sonriendo con los ojos tan de ayer, tan de mañana. Tú tan igual y yo tan diferente. Entonces aposte una vez más por mí, te deje a tu merced ahí afuera y me fui de frente.

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