viernes, 12 de febrero de 2010

“Las hombres dan, las mujeres reciben.”

Gracias a esta ridícula premisa nuestras actividades han sido limitadas durante siglos con el fin de mantener el estatus quo que nos relega a un rincón de la casa, en el cual esperaremos pacientemente a que nuestros proveedores nos lleven el pan nuestro de cada día. Pero ojo, no se olviden de estar lindas, así además del pan, recibirán eventuales paseos y regalos, y reducirán el riesgo de tener que compartir al magnánimo varón que tienen al lado. El cual por supuesto, hace gala de su activísimo rol en la sociedad, sosteniendo con orgullo a todas las pasivas que puede.

Pues que hayamos aceptado esto lo único que denota es un pasivo y comodón conformismo, sumado a una gigantesca falta de autoestima. ¿Qué nos costaba agrandar un poco más la frase? Es cierto los hombres dan, las mujeres reciben y con lo que reciben crean.

Solo las mujeres tenemos la increíble capacidad de convertir eso que recibimos en algo maravilloso. Lo hemos hecho durante siglos en todos los campos en los que se nos ha permitido participar. Sin ir muy lejos, la maternidad. Quiero ver que un hombre haga un pequeño humano de un moco.

Piensen ahora que hacen los hombres cuando reciben algo…No es por generalizar pero normalmente lo hacen mierda. Hacen mierda nuestra autoestima, hacen mierda nuestro cuerpo, hacen mierda la casa, hacen mierda el mundo y si sigo me canso, porque es inútil hablar cuando nosotras tenemos la culpa.

El día que las mujeres dejen de tratarse de putas unas a otras, el día que dejemos de criar a las niñas para ser sirvientas multiusos y a los niños para que sean parásitos sobre protegidos...“Hijita, desmenúzale el pollito a tu hermano porque sino se atora”.
El machismo del que tanto nos quejamos comienza por casa y sale de nosotras mismas. Si dejamos de mirar a la otra para decir lo pecadora y mala mujer que es…”no como una por supuesto. Siempre en su sitio, muy modosita y delicada” pero deseando locamente tener un momento para dejarse ser como la otra. Y viceversa…“esa cojuda es una persignada” añorando un poco de su estabilidad.”

Al fin y al cabo, todas somos iguales. Todas tenemos la misma capacidad de sentir, de recibir y de crear para luego dar algo, mayor aún, de lo que recibimos. Incluyendo el daño por supuesto. Tampoco es cierto que seamos tan buenas.
Todas experimentamos mil y un sin sabores tratando de avanzar con el mundo y la extraña posición en la que una se encuentra ahora que las cosas han cambiado. Ahora que nuestra cómoda vida de infanta que espera la llegada del príncipe y el día de sus esponsales para cambiar solo de palacio y seguir siendo un maniquí bien vestido que elevo el titulo de princesa a reina se desarma mas pronto de lo que apagamos el DVD, porque todo eso está ya solo en las películas de Disney y cuesta aceptarlo.

Comiencen por aceptarse como son. Dejen de buscar aprobación en sus machos alfa y reconstrúyanse a ustedes mismas, reconstruyámonos entre todas. Y con ayuda de ellos para al mismo tiempo ayudarlos a reconstruirse. Dejemos de echarles la culpa a los hombres de todos lo que nos pasa. Al fin y al cabo ellos solo nos tratan como mostramos que queremos ser tratadas. Eduquémoslos que para esos somos sus amigas, mujeres, madres y hermanas. No nos va a hacer daño hacernos concientes que en el mundo real, cada vez es más común ver el símbolo fálico del poder que tanto le gusta a la raza humana trasladado a nuestros tacos. Sigamos adelante, preocupémonos por procurarnos respeto los unos a los otros, por conocer e informar nuestros derechos, y olvidemos las guerras de sexos y la falta de tolerancia a las minorias. Juntemos nuestras capacidades y rehagamos todo esto juntos. Al fin y al cabo, lesbianas, gays, intersexuales, heterosexuales, blancos, negros, chinos, cholos, downs, discapacitados, etc., todas las etiquetas que hemos inventado, son eso, etiquetas puestas sobre hombres y mujeres para esteriotiparlos dentro de un patrón casi siempre errado, que atiende muy en el fondo a un fin económico o político. Somos humanos y ya. Solo una especie más, y si miramos como la cagamos siempre, nos daremos cuenta que no somos precisamente la mas genial. Hay mucho por hacer, eso si es genial. El día que lo comprendamos seremos un poco más felices.

2 comentarios:

  1. "todas las etiquetas que hemos inventado, son eso, etiquetas puestas sobre hombres y mujeres para esteriotiparlos dentro de un patrón casi siempre errado, que atiende muy en el fondo a un fin económico o político"- muy bueno mi estimada. Lamentablemente, el quejarnos ya nos hace diferentes. Un beso a la distancia.

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  2. me has quitado las palabras que he tenido en la boca durante toda mi vida.

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