martes, 2 de marzo de 2010

intensitos.com



Nunca creí que pasatiempos tan solitarios como correr o montar bicicleta le permitían a una interactuar con tanta gente. Son tantos los rostros con los que te cruzas a diario, que es difícil mantenerlos todos en la memoria, sin embargo no puedes evitar la sensación de que realmente tuviste algún tipo de contacto con cada uno, y hasta llegaras a pensar en algunos durante el día, así como algunos pensaran en ti.
Lima es una ciudad particular de gente peculiarmente calida. Calidas son las sonrisas, calidas las miradas cómplices, calidos los saludos, calidas las pequeñas conversaciones y calidos también, aunque al borde de ser incendiarios, irritantes y bochornosos, los sonoros besos volados, improperios ingeniosos y silbidos disonantes, que los más pintorescos y variopintos personajes se atreven a regalarte.
Es que así es la gente por aquí, intensa y pujante en todo sentido. Aquí nadie se queda quieto, al menos nadie debería. Hay tanto por hacer en cada esquina, que el que se queda pierde. Pierde la capacidad de ver, la capacidad de hacer y de tomar oportunidades, y aprende a quejarse, a sentarse a mirar la basura que hay a su alrededor y sin siquiera recogerla mirar por encima de ella, solo para mirar y criticar la basura del resto.
Dicho esto, debo confesar que comencé a escribir esto para quejarme, si quejarme para variar, no me eximo de esa mala costumbre. Quería quejarme y levantar mi dedo acusador por la agresión verbal que sentimos yo y mis pares femeninas todos los días por parte de esas hordas de chicos, grandes y pequeños, que se paran en las esquinas o salen de una obra de construcción, se sientan en una banca o avanzan en un carro, camión o combi. Pero de que me sirve hablar del machismo si al final de cuentas nadie le ha enseñado a esos niños que es un “ismo” y nadie lo hará. Son la lacra social. Deberían estar en un reformatorio, una cárcel, muertos o reducidos en un campo de concentración haciendo trabajo comunitario, escuchamos decir y decimos todos los días. Pero alguien se ha tomado el trabajo de acercarse y averiguar por qué son así. Alguien a tratado siquiera de pensar, poniéndose un poco en su lugar, que si siempre eres llamado lacra y criado para ser lacra no tienes mucho de donde escoger. Que pasaría si esos chicos pudieran usar su activa imaginación y creatividad para algo más que granjearse unas pocas monedas. Si no comes ¿Cómo?

Sorpresa grande te das cuando descubres lo prestos que están a escucharte y corregir eso que hace que la gente cuando los ve, se cruce la calle. Sorpresa te llevas cuando descubres un poco de todo su reprimido talento. Si entendiéramos que todos somos iguales, que todos somos frutos de diversas circunstancias y el manejo que tuvimos de ellas, y nos preocupáramos mas por transmitir ese conocimiento a todo el que podamos sin importar su raza o condición social, si les dejáramos de ver como si fueran basura y les transmitiéramos la gracia de la certeza que tenemos de lo valiosos que somos todos, si todos comprendiéramos que el solo hecho de ser humanos nos hace hermanos, empezaríamos realmente a ser un país…un mundo emergente.

2 comentarios:

  1. Me llegó el momento de comentarte.

    Esas actitudes las utilizan para sentirse poderosos, que tienen el control sobre las mujeres y que pueden ser atrevidos. Sinceramente, yo creo que esa actitud es de hombres patéticos y realmente arriolas.

    Salute.

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  2. Es un honor para esta teta recibir un comentario ignucioano...Tienes razón, buscan sentirse poderosos, pero la pregunta es por qué? y la respuesta es por que son reprimidos e inseguros...la represión en todas sus dimenciones, política, religiosa, cultural,emocional, etc.. es la madre de todas las perversiones. HAY QUE DESREPRIMIR A LA GENTE

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